Con la llegada de la ola de calor, el uso del aire acondicionado se ha disparado, y es que muchas veces es la única solución para bajar la temperatura del hogar. Pero su uso no sólo se nota en la temperatura, sino en el coste a final de mes y, aunque estos aparatos sólo suponen un 1% del consumo eléctrico de las viviendas, cada grado menos supone un 8% aumento del consumo en la factura.
Para no hacer un uso inadecuado de los equipos de refrigeración, es importante mantener la temperatura adecuada y no demasiado baja como sucede en la mayoría de los casos. De hecho, una comercializadora energética ha alertado de que más de más de la mitad de los usuarios mantienen unas temperaturas en sus hogares o lugares de trabajo más bajas o extremadamente más bajas de necesario.
Asimismo, existen otros trucos para disminuir la temperatura del hogar sin recurrir al aire acondicionado y ponerlo sólo en las horas más altas. Por ejemplo, ventilar la zona en horas bajas, al amanecer o al anochecer, y utilizar ventiladores cuando sea posible es otra forma de reducir el uso del aire. Utilizar el modo eco del ventilador permite ahorrar hasta un 30% de la factura, y colocar el aire acondicionado lejos de las zonas de sol nos asegurará su correcto funcionamiento, que se ve afectado por el calor. Además, realizar un mantenimiento antes de la llegada del calor, siempre es conveniente para prevenir posibles fallos o errores.
Por último, no es aconsejable utilizar el aire acondicionado por la noche, no sólo por el elevado coste que implica la luz en esas horas, sino porque tampoco es bueno para la salud. En la medida de lo posible, hay que intentarse adaptar a las temperaturas veraniegas, y buscar un mínimo de 25 grados.