El calor hace inevitable tener que encender tu aire acondicionado para poder soportar las altas temperaturas del verano. Sin embargo, cada vez que lo encendemos temblamos pensando en cuánto se incrementará el pago de nuestra factura. Por eso, te dejamos aquí algunos consejos para que eso no suceda durante los días que quedan de verano.
La edad de tu aire acondicionado juega un papel importante para poder determinar el consumo de energía que puede realizar. Los más antiguos consumen mucho más, por lo que, recomendamos actualizar tu sistema de refrigeración y adquirir uno moderno que dispongan de energía Inverter, es decir, que alcanza la temperatura adecuada de forma automática a través de la propia inercia térmica.
El lugar en el que colocamos el aparato climatizador es otro punto a tener en cuenta para bajar el consumo de energía. Deben estar en un lugar donde la luz del sol no incida sobre él de forma directa, y alejado de aparatos electrónicos como la televisión u ordenador. También, se recomienda cerrar las puertas y ventanas de la habitación en la que se encuentra y con los toldos y cortinas extendidos.
No poner la temperatura demasiado baja es otro aspecto a tener que no debes pasar por alto. Expertos recomiendan no situarlo por debajo por 25º por lo que lo ideal sería tenerlo entre 24 y 26º. Recordamos que de media, los españoles lo sitúan entre los 20 y 23º por lo que, subirlo un poco nos permitirá ahorrar además de evitar resfriados y dolores de cabeza.
En lo relacionado con su mantenimiento, es importante para su eficiencia. En especial el estado de los filtros del aire acondicionado ya que elementos como la grasa o el polvo pueden hacer que impidan un funcionamiento normal del aparato. Un filtro sucio puede ser la causa de un aumento de más del 20 por ciento del recibo.
Para finalizar, y si estás pensando en cambiar o comprar un nuevo aire acondicionado, aconsejamos prestar atención a su etiqueta energética. Los más eficientes son aquellos que cuentan con un dispositivo clase A.