Son muchos los aspectos de la vida diaria que se han visto mejorados con los avances en torno a la climatización. Gracias a estos sistemas de refrigeración y calefacción, podemos elegir la temperatura a la que deseamos estar en el hogar, trabajo o cualquier otro lugar en el que estemos y sin importar la estación en la que nos encontremos ni la temperatura que haga en el exterior.
El ámbito hospitalario y clínico es uno de los lugares en los que estos equipos de climatización han jugado un papel muy relevante al estar relacionado con la higiene y la salud.
Un hospital es un espacio en el que circular muchas personas y en muchas ocasiones con enfermedades que resultan contagiosas, o bien con enfermedades que pueden empeorar en condiciones inapropiadas. En estos casos la climatización supone una importante ayuda para controlar la proliferación de enfermedades o el empeoramiento de las personas afectadas.
Este es el motivo, por el que es esencial que se cuente con una circulación y limpieza del aire adecuada, contando la calidad del aire que hay en el interior del edificio o el aire que proviene del exterior, y un control adecuado de la humedad.
Uno de los puntos que no se deben pasar desapercibidos es tener en cuenta que el aire que circula por los conductos de ventilación se distribuye por todas las instalaciones del hospital. En este caso, como existen entornos de la clínica que deben tener estrictos controles de climatización como los quirófanos se recomienda apostar por sistemas VRF eléctrico, que cuentan con prestaciones adecuadas para adaptarse a las necesidades de cada área del recinto como pasillos, salas de espera o el propio quirófano.
Contar con equipos que incluyan filtros y no olvidarnos de su correcto mantenimiento también es vital, ya que esto supondría no asegurar la limpieza del aire y que pueda contener microorganismos que puedan suponer un riesgo para la salud.