En primavera, el polen está por todos lados. En el suelo, en el aire, en los bancos de la calle, llueve polen que se posa en nuestra cabeza y nuestra ropa. Ese polen lo transportamos a los lugares donde vamos, y al final llegamos a casa y aunque a veces nos cueste verlo, hemos trasladado hasta nuestro hogar un arma, que cualquiera que tenga los síntomas de la alergia va a sufrir sus consecuencias.
La higiene es fundamental para todo tipo de enfermedades, sobretodo cuando se trata de la alergia. Mantener limpia toda la casa y eliminar el polvo y restos de polen que puedan entrar por dejar la ventana abierta, o por nosotros mismos cuando llegamos a casa, en la suela de nuestros zapatos o restos en nuestra ropa, es muy importante y puede sumar un plus para llevar estos síntomas lo mejor posible.
Pero no solo vale con una limpieza superficial, aspirando las alfombras y limpiando el polvo de ventanas, puertas y muebles, el polen viaja en el aire y puede llegar a los lugares más escondidos de nuestra casa. Por ello, mantener el aparato del aire acondicionado limpio, es un factor esencial. Lo principal es limpiar o cambiar los filtros del aire acondicionado. Su función, como bien indica su nombre, es filtrar el aire, esto significa que tras un tiempo los filtros del aire acondicionado acumulan toda la suciedad que han captado del aire dentro de nuestra casa; esto puede ser polvo, polen… Tener en nuestra vivienda un rincón lleno de este veneno para las personas con alergia puede ser perjudicial.
De la misma forma que en casa, ocurre en nuestro coche. Cambiar el filtro del aire acondicionado del coche, no solo mejora la calidad del aire que respiramos, si no que, mientras conducimos es más seguro, ya que se evita la reacción de los síntomas; como estornudos, molestia e hinchazón en los ojos, entre otros factores que pueden ser fatales durante la conducción.
