Elica, campanas extractoras de diseño


Elica, campanas extractoras de diseño
 

Todo empezó cuando a Ermanno Casoli se le ocurrió dar respuesta a una demanda del mercado: cómo extraer de forma eficiente el aire cargado de las cocinas. «Fue cosa de creatividad, innovación y cierta suerte”.

“Cuando lanzamos la primera campana decorativa la gente preguntaba que era una lavadora “.

El empleo de materiales como la madera, el cristal, así como el trabajo mano a mano de diseñadores y técnicos, se traduce en campanas extractoras que todavía hoy despiertan interrogantes: ¿es una pantalla plana?, ¿una lámpara?, ¿un espejo en la cocina?

El primer extractor integrado en una placa de inducción. El agujero mágico, en mitad de la placa, implica una aspiración mucho más cercana a la fuente del humo que, cuando sale de la cacerola, es más pesado que el aire.

El sistema ajusta automáticamente la potencia y la velocidad de aspiración según la información que recibe de la zona de cocción.

Sus dispositivos se controlan a distancia y se conectan entre sí, pura domótica.

«Lo que estamos consiguiendo es instalar campanas fuera de la cocina: encima de la mesa del comedor, en el salón de gente que fuma… Caminamos hacia sensores que detecten y además monitoricen la calidad de lo que respiramos, también en cuanto a temperatura y humedad. Tratamos de diseñar aire, algo de lo que no nos preocupamos hasta que está sucio o es perjudicial para la salud», explica Casoli.

Ese es el concepto detrás de uno de sus desarrollos, Snap, un dispositivo de pared capaz de regenerar el ambiente de un espacio de 25 metros en 30 minutos. Un soplo de aire fresco literal, más que interesante en entornos urbanos con alta polución.

Con un precio medio que oscila entre 700 y 850 euros, los sistemas de extracción de Elica son objeto de deseo de estudios de interiorismo y premios de diseño.

 
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