¿Cuándo no debemos utilizarlos?
Si tenemos niños pequeños en casa no debemos emplear los humidificadores de vapor caliente, ya que hay riesgo de quemaduras. Además, si tenemos niños menores de dos años debemos evitar también las esencias que tienen olores fuertes (mentol, eucalipto, alcanfor…) ya que pueden afectarles negativamente produciendo atontamiento, cefaleas, mareos y vértigo y pueden disminuir la tos natural necesaria para eliminar la mucosidad.
Si nuestro hijo padece bronquitis o bronquiolitis este tipo de aparatos no son útiles, pudiendo llegar incluso a ser perjudiciales.
Si el problema del niño es que sufre rinitis y conjuntivitis alérgica y asma, debemos tener en cuenta que los humidificadores pueden lanzar aeroalérgenos al aire. Además, como aumentan la humedad ambiental también aumenta la concentración de ácaros y hongos. Por estos motivos los humidificadores están contraindicados, ya que pueden provocar asma.
El frío seco de los meses de invierno, junto a la calefacción y el aumento de ropa de abrigo es en conjunto un problema para los niños con piel atópica, que ven empeorar su enfermedad debido a la sequedad ambiental. Una solución para este tipo de casos es la humidificación ligera que facilitan los recipientes con agua colocados encima de los radiadores.
¿Qué precauciones debemos tomar?
Es fundamental mantener una estricta limpieza de este tipo de aparatos. Debemos prestar mucho cuidado a hacer un buen mantenimiento y una vez estén limpios aclarar muy bien los productos utilizados, ya que de lo contrario podrían vaporizarse los productos químicos. Para que no haya ningún problema, tenemos que seguir correctamente las instrucciones del fabricante.
Si el humidificador tiene depósito de agua, esta debe cambiarse cada día. Los filtros también debemos limpiarlos periódicamente.
Por todo esto, ante la pregunta de si son buenos los humidificadores, nuestra respuesta es que se deben utilizar solamente si la humedad ambiental lo requiere, y en circunstancias específicas. En cualquier caso, antes de tomar la decisión lo ideal es consultar con nuestro pediatra, él conoce perfectamente el estado de salud del niño.