Es importante mantener un aire sano en casa, ya que de la contaminación exterior no podemos apenas protegernos, crear un espacio libre de impurezas es importante para darle un respiro a nuestro organismo.
Es algo sencillo de conseguir, con la ayuda de filtros que incorporan los equipos de aire acondicionado y los aparatos de tratamiento del aire.
- Filtros de aire acondicionado
Los filtros que incorporan algunos aparatos de aire acondicionado pueden ayudar a eliminar partículas dañinas, como ácaros, polvo, alérgenos y microorganismos como virus y bacterias.
Son muy útiles, especialmente para mejorar la calidad de vida de las personas con alergia o asma.
Tipos de filtros
Filtros estándar, los cuales hay que limpiar periódicamente y sustituir cada cierto tiempo. Los filtros fotocalíticos (utilizan los rayos del sol para descomponer las partículas) se limpian con la luz solar.
- Filtros de carbón activo. Tienen una duración determinada, su función es absorber los malos olores y el humo.
- Ionizador. Ese tipo de filtros emiten iones negativos que atraen bacterias, polvo, polen, etc. (que generalmente tienen cargas positivas) y aumentan su masa favoreciendo que caigan al suelo.
- Filtros electroestáticos. Eliminan los alérgenos y el polvo en suspensión. No es necesario reemplazarlos, el mantenimiento que requieren es lavarles de vez en cuando.
- Plasma o neoplasma: Son los más avanzados, están indicados para personas con alergia o asma. Purifican y desodorizan el aire.
Humidificadores, deshumidificadores y purificadores: trata el aire de tu casa
Son pequeños electrodomésticos muy útiles para mejorar la calidad del aire que se respira en las viviendas. Son aparatos importantes especialmente en zonas muy húmedas o muy secas, ya que suelen ser ambientes en los que se concentra la polución.
- Humidificadores
Lo que hacen estos aparatos es elevar el nivel de humedad del ambiente, ya que menos de un 40% se considera perjudicial para la salud. Contribuyen a combatir faringitis, resfriados, infecciones respiratorias, alergias y sequedad en los ojos y en la piel. También ayudan a proteger las plantas y los muebles de materiales sensibles como la madera. Se recomienda su uso en zonas secas o durante los meses de invierno, ya que la calefacción suele resecar mucho el ambiente.
- Deshumidificadores
Al contrario que los humidificadores, los dehumidificadores tienen la función de reducir la humedad ambiental, cuyo exceso es perjudicial para la salud (no son recomendados niveles por encima del 60%).
Contribuyen a evitar la aparición de dolencias óseas, a eliminar malos olores y disminuyen el deterioro de libros, discos y diversos elementos decorativos. Se recomiendan en zonas con mucha humedad ambiental constante, como las zonas costeras.
- Purificadores de aire
Los filtros de los purificadores se encargan de eliminar ácaros, polvo, y microorganismos como virus o bacterias. Disminuyen los alérgenos del aire, algo que contribuye a evitar reacciones alérgicas. Eliminan también los malos olores, son recomendables especialmente en hogares con niños, ancianos, en los que haya mascotas y para personas con alergias.