Los aparatos electrónicos no duran eternamente, y los equipos de aire acondicionado tampoco. A pesar de siempre existen pequeños fallos en nuestra máquina pero que solucionamos de forma sencilla, e incluso, nos hemos acostumbrado a esa tara, llega un momento que las señales se hacen evidentes y nos está reclamando que ya es hora de cambiarlo, y adquirir un equipo nuevo más eficiente. En este artículo de indicamos las principales señales que tendrás que tener en cuenta para saber si necesitas cambiar de equipo.
- Se apaga sólo a los pocos segundos de encenderlo. Se trata de uno de los indicadores más relevantes de que algo no va bien. Puede ser debido a un mal estado del motor ventilador lo que ocasiona problemas con el sensor térmico.
- No enfría Si el equipo que tienes en tu casa tiene ya muchos años, es probable que la causa se deba a la obstrucción de las tuberías capilares. Esto conlleva a un deterioro del sensor de temperatura y, en consecuencia, a que deje de enfriar.
- No enciende. Son múltiples las causas que pueden derivar en este problema, desde un compresor dañado, a un fallo en el transformador o que la placa electrónica se encuentre dañada o mojada. En cualquier caso, evita gastar en reparaciones, es hora de cambiar tu aire acondicionado por uno nuevo.
- Incremento de la humedad en el ambiente. Si tu aire acondicionado no deshumidifica correctamente, estamos ante un fallo de los sensores de contacto o de la placa electrónica.
- No echa aire. En el caso de que deje de echar aire, el ventilador no está recibiendo la señal del sensor de velocidad.
Si te resultan familiares estos indicadores, es muy probable que sea el momento de adquirir un nuevo equipo de aire acondicionado para tu hogar. De esta manera, dejaremos de gastar dinero en mantenimiento y reparaciones que a la larga, solo hace que retrasar el momento de adquirir uno nuevo. Además, no debemos olvidar, que un aparato en mal estado realiza mayor esfuerzo para obtener la temperatura deseada, y a su vez, obtiene el mismo resultado con más gasto energético.