Elegir el tipo de climatización más adecuada no es tarea fácil. En muchas ocasiones vemos hogares con un sistema de calefacción que no resulta el más conveniente por el tipo de estructura o su ubicación. Es por eso, que vamos a repasar en este artículo los distintos equipos que existen con sus pros y contras para que puedas identificar cuál desprende el tipo de calor que mejor le viene a tu inmueble.
En primer lugar, encontramos la calefacción de gas. Cabe destacar que esta puede ser de tres tipos: gasóleo C, gas natural, y gas propano. Como punto a favor de la calefacción de gasóleo C encontramos que su capacidad lo hace el tipo de calefacción adecuado para grandes superficies. Sin embargo, el tanque de almacenamiento que requiere es de grandes dimensiones, lo que requiere medidas de seguridad y mantenimiento exigente. Además, resulta un tipo de energía perjudicial para el medio ambiente. Por otra parte, la calefacción de gas natural cuenta como ventaja que proviene de un tipo de energía más limpia y su coste es más bajo. No obstante, es un tipo de energía difícil de conseguir en zonas no urbanas. Por último, la calefacción de gas propano, a pesar de ser un tipo de energía potente, se debe repostar periódicamente.
Al margen de las calefacciones con gas, encontramos otros tipos de calefacción. Por un lado encontramos la calefacción eléctrica. Cada vez más habitual en nuestro país, son económicas y no necesitan mantenimiento. Como punto negativo, al colocarse en cada estancia de la casa, solo puede calentar esa habitación.
No obstante, el tipo de calentador más frecuente en España es la caldera con radiador de agua. El calor se obtiene con la quema de combustible como gas natural en una caldera y se distribuye a los radiadores a través del agua. La ventaja de este tipo de calefacción es su comodidad y la eficiencia de su consumo de energía. Como desventaja, es contaminante.