Con la llegada de la primavera, el buen tiempo está al caer. Especialmente en las zonas en las que el calor llegará pronto, debemos ser previsores y tener a punto nuestro equipo de aire acondicionado. Si hacemos una revisión temprana, evitaremos problemas inesperados cuando realmente lo vayamos a necesitar.
Desempolva tu aparato de aire acondicionado y asegúrate de que se encuentra en perfecto estado. Ahorrarás en imprevistos, en un consumo excesivo y en problemas de salud que pueda ocasionar.
- Lo primero que debemos comprobar es que los filtros estén limpios y en buen estado.
- Verifica el estado de la batería, suele estar en la parte trasera de la unidad exterior y es frecuente que acumule suciedad. Debemos limpiarla y comprobar que está en buen estado. Para ello, lo ideal es contraer a un profesional que lo haga con aire a presión. Una forma de hacerlo tú mismo es con un cepillo y mucha mucha paciencia.
- Limpia bien los ventiladores exteriores. Es la salida del aire caliente, por lo que es prioritario que esté libre de atascos y desperfectos como posibles fisuras.
- Verifica que el condensador no está bloqueado. Para ello, observa si la parte que sale al exterior recibe suficiente aire para funcionar con normalidad.
Adicionalmente, debes seguir una serie de recomendaciones adicionales en el hogar para ahorrar en gasto durante los meses más cálidos y más fríos:
- Vigila el aislamiento térmico de la vivienda.
Si cuentas con un buen aislamiento conseguirás un ahorro de hasta el 40% en la factura de la luz. A tu equipo le costará menos energía lograr el mismo resultado.
- Ventila la estancia cuando refresque.
De esta forma aireas y renuevas el ambiente de la estancia. Con 5 o 10 minutos es suficiente, después debes cerrar puertas y ventanas para evitar pérdidas de frío o calor. De esta forma, ahorrarás hasta un 30% en el gasto de aire acondicionado o de calefacción.
- Regula el termostato de forma eficiente
Huye de las subidas y bajadas de temperatura constantes (los “tirones” suponen picos de gasto eléctrico que repercutirán de forma notable en nuestra factura). Al igual que en invierno no debemos subir la calefacción más de los 21º, en verano el aire acondicionado no debe bajar la temperatura más allá de los 25º.