Las condiciones y la eficiencia de la caldera que tengamos en nuestra casa es uno de los puntos que menos pueden pasarse por alto para la seguridad y confort del hogar. Al contrario de lo que hacen muchas personas, esperar al último momento para realizar un mantenimiento de la caldera, es conveniente hacer revisiones de manera periódica para detectar problemas o fallos. En el artículo de hoy vamos a explicar y detallar los motivos por los que es recomendable realizar un mantenimiento regular en tu caldera.
Del mismo modo que se pasa la ITV a los coches, nuestra caldera también necesita una revisión periódica para ayudarnos a detectar posibles problemas o fallos que dañen el aparato. Las calderas funcionan a presión por lo que cualquier tipo de fallo o negligencia puede producir fallos muy graves que pueden derivar, incluso, en una explosión.
Es por esto que, a pesar del coste que supone llevar a cabo estas revisiones, su importancia es notable. Además, el ahorro que supone a la larga es destacable también es un punto a destacar ya que una reparación o la sustitución completa de la caldera es un desembolso mayor de dinero. Asimismo, también evita reacciones inseguras del suministro de calefacción y agua caliente.
Por lo tanto, podemos resumir la necesidad de realizar revisiones periódicas a tu caldera en dos puntos: por una parte, reducir costes ya que arreglar tu caldera una vez se estropea es complicado y, sobre todo, caro; y por otra parte, por seguridad, ya que así evitarás la emisión de monóxido de carbono, un gas inodoro y muy peligroso.
La periodicidad con la que se recomienda realizar este mantenimiento es, al menos, una vez al año. De esta forma, se podrán evitar imprevistos o problemas, y garantizaremos el estado óptimo de nuestra caldera para poder utilizarla con la mayor tranquilidad en nuestro hogar.